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ESTILOS

¿Sabia Encarta?

La enciclopedia Encarta se ha convertido para algunos alumnos en un material para consultar o copiar textualmente tareas escolares o trabajos extraclases.

La afirmación anterior es una gran verdad, los estudiantes de las enseñanzas Media y Media Superior han hecho de esta enciclopedia de Microsoft el ábrete sésamo o la varita mágica que "todo lo puede y lo resuelve", pues en ella encuentran contenidos de diversas asignaturas y a la orden.

Sin esfuerzo de ningún tipo, con poner el tema en el buscador aparece el texto deseado y después solo lo imprimen y listo.

Pero lo que más duele es que los copiados de la Encarta a veces son los de mejores presencia y calificaciones.

Esto es un engaño, del alumno y la familia hacia el maestro y viceversa. Lo primero que debemos tener en cuenta es que la Encarta tiene serios desaciertos históricos y filosóficos, según los principios marxistas leninistas, y que muchos temas se ven oscurecidos y tergiversados; lo otro es que los estudiantes pierden la esencia de ir a una bibliografía adecuada, previamente orientada por el profesor, y para la cual tengan que desarrollar habilidades como la lectura, comprensión de textos, elaboración de resúmenes, entre otras, muy importantes en esos grados.

Lo principal de una tarea es lograr el desarrollo intelectual personal de los escolares; por ello todo trabajo de estudio independiente debe exigirse de forma correcta y con tiempo suficiente para que los educandos puedan realizarlos.

Los padres, maestros y compañeros de aula desempeñan entonces un apoyo para los alumnos que necesiten no solo orientación, sino la ayuda, pero una que incentive su iniciativa personal y no que dé al traste con sus esfuerzos y desarrollo.

Por otra parte, los trabajos prácticos, los que se entregan en el intermedio del curso escolar y los que se convierten en evaluación de determinadas asignaturas que no tienen pruebas finales, deben ser dirigidos con un margen de antelación, con una bibliografía previamente identificada en la biblioteca de la escuela e ir encaminados a que los alumnos profundicen en los contenidos impartidos y desarrollen su creatividad, imaginación y un pensamiento propio, elementos que se pueden incentivar con una correcta motivación.

Lo anterior no siempre es así, a finales del curso anterior observamos a padres y estudiantes perdidos a la hora de buscar una bibliografía idónea para desarrollar los trabajos finales, sencillamente porque no se planificó la orientación de los temas.

Nada resolvemos con que los alumnos, de hoy para mañana, entreguen un material con un nivel, a veces tan elevado, que se va por encima de sus posibilidades; pero que a la larga, una buena revisión de los maestros demostraría que de haber utilizado sus libros de textos pudieran acercarse de forma más objetiva y real a los objetivos propuestos en sus grados.

La guerra contra la Encarta debe ser un propósito de maestros y padres, y mucho más allá, esta batalla debe extenderse hacia el facilismo de copiar y pegar textos íntegros de materiales de la Internet.

Los alumnos deben aprender a "caminar" en el difícil proceso de asimilación de los conocimientos, aprehender herramientas y procedimientos elementales, que más tarde en una enseñanza universitaria les permita hacer verdaderas búsquedas en Internet y deslindar qué informaciones son valederas para fundamentar sus hipótesis e investigaciones.

Por tanto, hay que hacer hincapié desde ya en la orientación correcta de los trabajos y en la revisión con lupa de los mismos. De eso depende huir de una enseñanza meramente reproductiva y que no aporta al desarrollo intelectual de nuestros niños y jóvenes, muchos de los cuales ni siquiera leen lo que entregan. Copian y pegan, eso es todo.

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