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ESTILOS

De nuevo el sol

Salió el sol en la capital pinareña, muchos días de lluvia, aunque aún no cesa, nos dejaron con mucha nostalgia pero a la vez con deseos de salir, vivir, de crear algo nuevo, así somos los cubanos, todavía no ha bajado el agua de las inundaciones en los municipios más occidentales y ya estamos listos para seguir nuestra ruta. Saludos para todos mis amigossssss.

Ser cubano es ...

Ser cubano no significa solamente nacer en Cuba y vivir en ella. Más bien se llega a merecer de veras el gentilicio cuando hacemos las cosas acorde a nuestra idiosincrasia.

Un cubano no llega a ser el tipo chabacano, pero tampoco el empedernido, por nuestra sangre corre esa gracia de verle a todo el lado bueno y de salir victorioso hasta de las peores derrotas.

Si hay un grupo, se define muy bien cuál es el procedente de Cuba, por su desenfado, su cultura y también por su forma de ser.

Aunque hay excepciones, en su mayoría somos jaraneros, nos gustan mucho los chistes y siempre tratamos de verle el doble sentido a cualquier cosa.

Somos muy sensuales. Difícil que a un cubano del sexo masculino le pase una bella muchacha por el lado y no le “suelte” un piropo, de esos que hace ruborizarse a cualquier mujer.

Así somos, pero eso no quita la seriedad y la inteligencia que caracteriza al cubano medio. La creatividad, la consagración y la constante superación son cualidades que nos adornan, y esas nadie nos las puede quitar.

Nos gusta mucho el baile, sobre todo aquellos ritmos que nos hacen movernos de verdad y que nos lleva a divertirnos. Siempre dispuestos a pasar un buen rato.

Somos amigables. Esta característica podríamos decir que es la que nos identifica. A lo largo de la historia el hacer relaciones, el brindar lo que tenemos, el dar nuestros conocimientos y potencialidades a los pueblos que lo necesitan ha sido un sello propio de este país.

Por naturaleza somos hospitalarios, muchos visitantes se quedan encantados con el carácter jovial de mis coterráneos. Aquí los he visto compartir de tú a tú, caminar por nuestras calles y asombrarse de cómo vivimos a plenitud, y que a pesar de algunas carencias materiales somos felices porque estamos en Cuba.

Somos cubanos porque, más que todo, amamos este pedazo de tierra, que según algunos en el mapa mundi parece un caimán, pero que para nosotros es algo así como nuestro amuleto.

Amigos de corazón

La amistad es un sentimiento que todo hombre honesto debe honrar y venerar. Por eso es tan normal que entre dos personas como Camilo y Che haya brotado, cual manantial, un afecto tan sincero.

Cuentan que Che era muy serio y que Camilo solía hacerle bromas, y que aunque aparentemente refunfuñaba, nunca, nunca, se puso bravo.

Pero esta amistad surgió de corazones iguales. Aún en escenarios diferentes y siendo aún niños, Che y Camilo comenzaron a luchar por un mismo ideal: La independencia de España.

Mientras en Argentina, - año 1936-  en el patio de la Villa Nidia, el pequeño Ernesto de solo ocho años, había inventado un juego en el que él y sus amigos abrían trincheras y gritaban a toda voz:     ¡Adelante milicianos! ¡Viva la República Española!; en Cuba, Camilo, más joven aún, recorría las calles de San Francisco, en La Habana, pidiendo dinero y ropas para mandar a los niños españoles.

 Tenían que amarse y ser grandes amigos, uno y otro aprendieron de sus padres, Emilia y Ramón, Celia y Ernesto, que las causas justas se defienden hasta el final y que los verdaderos amigos se siembran y se cultivan.

Su amistad nació, como puede hacerlo otra cualquiera, solo que esta resultó duradera y se consolidó más aún en la lucha de guerrilla y con el respeto mutuo que ambos sentían por el otro.

Cuenta el Che que en los primeros años de la lucha en Cuba, él había perdido su mochila, solo pudo salvar la frazada y que era ley no escrita en la guerrilla que el que extraviara sus pertenencias debía arreglárselas como pudiera.

Al llegar la noche y al ver Camilo que Che no tenía nada que comer compartió su única lata de leche entre los dos. De este gesto de camaradería y desprendimiento nació una amistad que duró aún después de la muerte.

Ambos con epítetos que los inmortaliza, el Guerrillero Heroico y el Héroe de Yaguajay, son un ejemplo para el mundo no solo de revolucionarios intachables, sino de lealtad, fidelidad y de hermandad.

Día del campesino

Hoy es el día del campesinado cubano, para ellos, los hombres del campo lo mejor del mundo, son ellos los que saben sacarles el fruto a la tierra, los que día tras día se levantan en la madrugada para velar por sus cultivos, sí esos mismos que después vemos en los diferentes mercados. Hoy es un día de honrar, no todo el mundo tienen el coraje de trabajar infatigablemente bajo el solo y demás inclemencias del tiempo, es día de honrar, y yo, me quito el sombrero.

Crónica a un niño iraquí

Crónica a un niño iraquí

He visto tu rostro en la pantalla de la computadora. Las páginas de un periódico en Internet publicó en la portada tu historia. No dijeron que cumpliste años, ni saliste destacado en tu colegio, ni siquiera resultaste ganador de un concurso escolar. Fuiste, sencillamente, una de las víctimas de la guerra.

La foto, tomada por un excelente profesional del lente en el momento oportuno, refleja tu cara cubierta de sangre, tus pies mutilados, tu pequeño cuerpo maltratado, y desde el fondo oscuro de los huecos de tus ojos, unas pupilas muy débiles pedían en la penumbra, gritaban casi, por la justicia. ¿Existe acaso la justicia?

Miedo podría ser el título de esta foto que cumplió diez años, todo tu ser temblaba sin movimiento, se estremecía sin alaridos, todo tu ser...preguntaba por qué.

Tu destino no lo manejó el azar, ni la suerte, los hilos de tu historia los cogió bien fuerte la ignominia, podríamos tú y yo, preguntarnos, ¿qué culpa tienes de que tu petrolero país sea un manjar codiciado?

Luego vienen a hablarnos de los Derechos del Niño, de un montón de acuerdos para proteger la infancia, cuál, si ya la tuya quedó mutilada. Tu nombre, pasó a ser solo un recuerdo, una forma de llamar a un lisiado, la manera de distinguir al de las muletas...si acaso.

Tu patria, el sepulcro de tus sueños, la tumba de tus padres, el cimiento ensangrentado de tu pueblo, el gemido de los tuyos, un eterno sufrimiento por lo que fue y no es... eso y más.

La supuesta educación, la necesaria salud y el bienestar, que se propugna, solo un juego de vampiros, deseosos de chupar el "jugo negro" de las entrañas de tu tierra.

Para qué hablar de salud, de tener familia, casa, nombre...Patria. Los puntos suspensivos significan en este caso no solo presunción, sino carencia de palabras.

Tal vez no hayas sobrevivido, tu verdad es más dura que tu pequeño cuerpo. Solo queda esperar a que un día los políticos del mundo, las fieras que se creen dueños del universo, los que envían bombas "inteligentes" y muchas cosas feas, que tu edad no te permite entender, sobre pueblos como el tuyo, los que matan sin remordimientos, a familias enteras, caigan.

Lo mejor que me ha pasado en la vida

Por Ana María Sabat González

Ser madre es lo mejor que me ha pasado en la vida, tengo la experiencia doble y el tenerlos por primera vez en mis brazos fue más que maravilloso, porque el corazón se le encoge a uno y las ansias de protegerlos  son inmensas, entonces sientes que las fuerzas son pocas y los brazos cortos, así hasta que te adaptas poco a poco, o al menos lo disimulas bastante bien.

Es una cadena de ensueños y desvelos, al inicio y por primera vez sientes temor, muy normal pienso, porque todos piensan que nosotras las mujeres estamos hechas para ser madres y que por naturaleza sabemos poner culeros, amamantar, cuidar un bebé enfermo, bañarlo y muchas cosas más que el diario te obliga a aprender y a no escatimar barreras para vencer tus temores a tamaña responsabilidad.

Los hombres le huyen al principio y a veces no quieren cargarlos, “es que están muy blanditos, como si se rompieran”, vano pretexto, pero nosotras nos aproximamos, los arropamos, los cuidamos y para orgullo nuestro no se nos rompen, será que eso es ser madre.

Dice un dicho popular que en el mundo solo hay un niño bello, y que es el de cada madre, y mucha razón tienen, para nosotras sin excepciones ellos son los rostros más perfectos que inventó natura, no importa su desproporción en la cabeza o en las orejas, siguen siendo insuperables, pero es que en realidad los miramos con los ojos del amor, y eso vale más.

Los veneramos tanto que vivimos en sigilo y la hora más difícil es cuando nos damos cuenta que están listos para volar solos,  y que sus alas están listas para procurarse su propia vida en el mundo, entonces se creen independientes, y  hay edades en que los consejos nuestros le chocan como entremetimientos protectores en sus vidas,  y aunque de forma diplomática se rebelan y quieren ser ellos mismos, entonces nos toca mirar y esperar, y a veces hasta nos percatamos de que llevaban razón. Esa es la vida de una madre.

Nunca los hijos crecen para los padres, aún con bigotes, incluso ya multiplicados en nuestros nietos, los seguimos viendo como los seres que nos necesitan, y los de afuera no se dan cuenta, pero es que en realidad es parte del pacto que se firmó sigilosamente en el nacimiento, cuando la sangre de ellos y la nuestra se mezclo de una vez y para siempre, y es como si viviéramos en sus vidas la prolongación de la nuestra.

 

Violencia subterránea

Violencia subterránea

Ana María Sabat González

 

A simple vista todo sucede normal y de una forma natural. Cada mañana Susana, sale para el trabajo y quienes la  miran la ven como una mujer cubana más, tal vez con un maquillaje abrumador y exagerado que trata de enmascarar el morado siniestro que lleva en uno de su pómulos.

La última golpiza que le propinó su esposo fue la más severa que ella recuerde. Todo comenzó 10 años atrás, incluso durante el noviazgo; su pareja sintió celos por un compañero de aula y vino el primer piñazo, sucedido por una escena de arrepentimiento en la que,  el hoy esposo,  le juró amor eterno y que fue solo un impulso, fruto de su gran pasión por ella.

Ese fue su primer error, los motivos nunca faltaron, y cada día se convirtió en un desastre, la vida le cambió a Susana de la noche a la mañana y se convirtió en una de esas víctimas que solo veía en televisión. Primero la ingenuidad enmascarada de un amor muerto a golpetazos, luego el miedo,  y el sentimiento de culpa, mezclado con la lástima,  hicieron  que ella siempre volviera atrás,  luego de múltiples resoluciones tomadas cada mañana delante del rostro piripinto reflejado en el espejo.

Presa de un círculo vicioso, víctima de un abusador, cada minuto de su vida fue determinante para que su autoestima disminuyera, y  hoy sencillamente, ni siquiera se siente mujer y mucho menos una profesional, su título universitario, colgado en la sala de la casa,  poco significa para su pareja, quien ve en su mujer el símbolo del sexo y un estropajo viejo que maneja un escoba y un plumero a la perfección.

Sus sueños de superación de posgrado quedaron en el pasado, los hijos y el esposo, llegaron a ser su único círculo. Susana dejó de contar y se limitó a vivir para los demás.

La conocimos un día cualquiera:  áspera, desconfiada, con los nervios a flor de piel, insegura…nada, así se sentía ella, ávida de personas que reconocieran sus valores, sus sentimientos, pero  recelosa a la enésima potencia,  poco a poco se sinceró, y tras la esquiva mujer de pocas palabras se reveló una inteligencia natural.

Confesó que la vergüenza de dcontarle a alguien sus problemas, de lavar la ropa sucia fuera de casa siempre fue mayor que los dolores corporales, pero más tarde que temprano se dio cuenta que los golpes que su esposo le propinaba,  más su epidermis, sus músculos y sus huesos roían su espíritu, seguridad, y la integridad propia de los verdaderos seres humanos.

Le aconsejamos visitar la Casa de Orientación de la Mujer y la Familia, allí un grupo de especialistas la ayudarían a resolver su problema, desde el punto de vista social,  psicológico y humano, donde también recibirían atención sus hijos, otras víctimas silenciosas de la bestialidad de su padre.

Esta es una historia, una de las muchas que ni siquiera sabemos que puedan existir detrás de las puertas, en el silencio profundo de cada hogar, donde suspiros y quejidos mudos pueden ser los confidentes de una silente y subterránea violencia femenina.

Gafas oscuras cubridoras de la barbarie de un golpe, dolores profundos que quedan detrás de palabras de menosprecio y resentimientos que son frutos de limitaciones, impedimentos  y frustraciones, pueden ser las resacas de acciones violentas  ya sean pasivas o activas.

A veces la instrucción no basta, ni siquiera crear las condiciones para que estas situaciones no sucedan. Cuba tiene legislado todo un conjunto de derechos para la mujer, entre ellos la  igualdad para ocupar puestos laborales, de salario, con leyes que la amparan en el Código Civil y  en el de la Niñez y la Familia, sin embargo no basta, a veces en estos casos hace falta una mano amiga, un vecino, un familiar, que con inteligencia intervenga y logre sacar a la víctima del letargo y reaccione, solo así estas manifestaciones de violencia subterránea dejarán de cobijarse tras la privacidad de un hogar.

 

 

El magisterio en el corazón

El magisterio en el corazón

Por: Ana María Sabat González

 

El hombre es la imagen de la contemplación y la sabiduría, en su rostro y gestualidad se observa el afán guiador y de  protección,  mientras, el niño, aunque no sumiso, sí es el vivo  retrato de la docilidad y obediencia,  de la  forma lista para moldear y la inocencia apta para recibir realidades.

Esta es la leyenda que a simple vista se capta ante el monumento  Al maestro, erigido por el escultor Víctor de los Ríos, una obra realizada en granito y en piedra caliza de Granada de color crema, inaugurado el 29 de noviembre de 1965 y situado en el Parque del Oeste de Madrid en España.

El dueto conforma una alianza única, en la que ambos, maestro y alumno,  como en la realidad, se complementan, y no existe uno sin el otro, en el que cada cual a su manera está listo para enseñar y aprender a la vez, para unidos transitar un período en el que sus conciencias se generan y regeneran. Para uno será como probar por primera vez el café en la madrugada mañana, para el otro  volver a saborear el sorbo, este como si fuera el último.

Es imposible mirar la obra escultórica sin pensar en cada hombre y mujer,  que eligieron para sus vidas el camino de enseñar, y me refiero, a los que de corazón escogieron la senda. Los que cada día marchan al trabajo y aunque dejen atrás miles de problemas, solo tienen ojos y oídos para sus pupilos, los que saben ver en esos seres detrás de pupitres su obra, también escultórica, y que poco a poco ellos le darán forma.

Como espejo en el que se revierte la imagen, el educador, minutico a minutico forja  algún rasgo de la personalidad y el carácter de sus estudiantes, hoy la modestia, después la seguridad, el amor por los demás, la perseverancia, la honradez, pero lo cierto es que como tierra lista para la simiente, así es el campo en el que siembran.

Por eso es tan importante que un pedagogo lo sea de verdad, que vaya al aula a darlo todo, que no se contente con enseñarle a los alumnos que dos más dos son cuatro porque lo dice la matemática, o los diptongos e hiatos, y miles de conocimientos, porque los niños y jóvenes necesitan mucho más que eso.

Recuerdo un día, cómo un adolescente al que para nada le gusta la escuela, llegó con alegría a su casa y le manifestó a la madre, que ahora si tenía un  maestro, su profesor de Geografía le hacía la asignatura más linda, los llevaba en sus clases a pasear imaginariamente por diferentes lugares y a través de juegos didácticos les enseñaba los nombres más inverosímiles de los accidentes geográficos, pero lo más importante, es la seguridad que le dio a los que no eran buenos en la asignatura, tanto que todos se sintieron importantes y dispuestos a aprender.

Historias hay muchas, como aquella que contaba mi abuela, del que para evitar que los niños que iban al aula descalzos se sintieran inferiores, dispuso que todos, incluido él, se quitaran los zapatos y así estaban parejos. Hace falta que este ejemplo lo sigan los educadores hoy, tiempos en que hasta en las meriendas escolares,  que traen los pequeños desde sus casas,  se marcan diferencias.

Al maestro verdadero nada lo puede comprar, no hay cosa más sagrada para él que los valores y los sentimientos, porque esas son sus principales herramientas, como el abono que cada día riegan a sus cultivos, en espera de ver la cosecha.

Disfrutan y gozan cuando ven sus frutos, nunca se me olvidará la cara de alegría y satisfacción de Yudelkis, una maestra de prescolar , que ante los pequeños logros de uno de sus alumnos al que ella tuvo que aplicar lo que se llama diferencias individuales.

Y es como si parieran con cada conquista de sus pupilos,  es una sensación de la que solo sabe y conocen los que llevan el magisterio en el corazón.

 

 

 

Uniforme sin accesorios

Dos jóvenes transitan por la ciudad y sus ropas bien ajustadas al cuerpo, perfilan de manera fehaciente cada músculo de su morfología. Lo importante es estar a la moda, no importa estar vestidos con sus uniformes escolares.

Esa escena me hizo recordar mis años de estudio en el preuniversitario Antonio Guiteras, cuando es uso del uniforme escolar se exigía con tal ahínco, que incluso ya de pase era imposible que nos quitáramos aunque sea la corbata, ni aun en el portal de nuestra casa. Sabíamos que era  una de las cuestiones que se nos exigía como parte de la disciplina del centro, y bastaba solamente con que un profesor, de ese claustro que cultivó tanto prestigio, nos atisbara en la falta.

En este aspecto durante un período de tiempo hubo bastante flexibilización, y se convirtió de hecho en un problema que este curso de manera enfática se le da seguimiento en los colectivos estudiantiles, y vuelve a ser un tópico para la evaluación de cada estudiante de forma individual.

No obstante aún perdura la falta de concientización por parte de un número reducido del alumnado, sobre todo en la enseñanza media y media superior, y se recaba no solo de la responsabilidad del joven o adolescente, sino de una exigencia permanente de los maestros y consejos de dirección de las escuelas, y muy importante de las familias, estas últimas fundamentales.

Es imposible que adolescentes de la secundaria decidan por ellos mismos cuáles son los arreglos que una costurera debe hacerle a sus camisas y pantalones del uniforme, en esta acción esta la acción consentidora de alguno de los padres quienes realizan o pagan por esta labor. Por eso cuando el tema se toca en las reuniones de padres, cada quien tiene que cargar con la parte de responsabilidad que le toca.

Con los de enseñanza preuniversitaria y politécnica, el trabajo es diferente y depende mucho del compromiso individual que cada uno de ellos logre asumir, con su familia, profesores y compañeros de estudio.

El uniforme escolar, aun cuando algunos lo rechazan, es desde hace más de 40 años en Cuba, un símbolo de nuestra educación, que cumple el propósito no solo de identificar  los diferentes niveles de enseñanza, sino de igualar a los alumnos en las aulas.

Como parte del principio de que todos nuestros niños y jóvenes son iguales y tienen los mismos derechos, y que solo los diferencia el esfuerzo que cada uno de ellos realice para estudiar y cumplir con el reglamento escolar, el uniforme juega un papel especial.

Aún recuerdo una anécdota de un antiguo maestro de hace medio siglo, que ante la disyuntiva de que uno de sus alumnos no tenía zapatos,  el único recurso que encontró para que sus estudiantes se sintieran iguales fue implantar el método de entrar descalzos al aula.

De eso se trata, sabemos que a veces los muchachos crecen de prisa y las camisas y pantalones le quedan cortos, o que hay grados donde no se  les asignan esas prendas, como el noveno, y precisamente es cuando más lo necesitan, pero la solución de forma mancomunada entre familia y escuela debe encontrarse. El sacrificio también sale en este caso, porque hay madres, padres, e incluso estudiantes que todos los días al llegar lo primero que hacen es lavar su camisa o blusa para el día siguiente.

También sabemos que hay estudiantes que visten  muy bien su uniforme en sus escuelas y una vez que salen trasforman su apariencia y se colocan todo tipo de accesorios, y ellos deben conocer que con su proceder no engañan ni remotamente a sus profes, sino a sí mismos, porque se adaptan a simular y mentir.

Mencionar el ejemplo de los profesores y maestros es esencial. En este curso, somos testigos, que se exige mucho en los colectivos que estas figuras insignes de la educación, sean ese espejo en que los alumnos se puedan mirar.

Es inconcebible que un educador pueda exigirle a un estudiante el uso del uniforme de forma correcta, si su vestuario no es sosegado, discreto, fuera de toda extravagancia e inspirador de disciplina y cultura social. Recordemos que José Martí decía que “El maestro es la letra viva”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Una guajirita de Pinar

Sumario: A petición de los radioyentes Radio Progreso retransmitirá la novela Destino Sesgado, obra de una joven escritora pinareña, que llevó sus guiones para la capital …y triunfó

 

Con todo el poder en sus manos… y en su pluma, no le gusta  matar a las personas, prefiere más bien, aun cuando tengan cosas negativas en su actuar,  que se reivindiquen y que aprendan la lección.

Así nos confiesa una joven escritora de novelas radiales, que una vez, luego de silencios prolongados en la Emisora Provincial de Radio donde había entregado sus escritos, cogió el guión de su primera novela Destino Sesgado y marchó hacia Radio Progreso.

Allí llegó, Dayana Herrera Santalla, “una guajirita de Pinar de Río”, como ella misma se describe, y sin conocer a nadie,  a los pocos días la asesora Carmen Puga le avisó que iban a transmitir su obra.

En aquel entonces fue una fiesta, los radioyentes acogieron su novela como suya, y no solo eso el elenco que protagonizó la puesta se convirtió en su familia.

“Son maravillosos, muy capaces y profesionales y con ellos he compartido ya en dos ocasiones aquí en Pinar del Río, la última vez, en ocasión de mi segunda novela, vinieron a mi comunidad en La Conchita, y se comunicaron con los habitantes y con los trabajadores de la fábrica, fue algo hermoso”.

En estos momentos Dayana experimenta la mejor sensación de su vida, se dedica al cuidado de su pequeño de ochos meses Juan Edel, y en su preparación para el parto y durante el proceso sintió en una experiencia vívida mucho más el tema de Destino Sesgado.

Obra que trata la historia de amor de dos especialistas del hospital Abel Santamaría, uno especialista en Neonatología y la otra profesional de la Clínica del Stress.

“Por dos ocasiones agradezco el apoyo de los médicos del Abel, una en la ayuda que me dieron durante la investigación que realicé para la novela, la otra en mi parto, hoy siento con mucha más pasión la presente retrasmisión de la novela en el espacio de Noche de Novela, a las 10. 20 pm, en verdad me alegra mucho, porque esta repetición es por solicitud de los oyentes”.

“La obra trata el tema de la emigración también, los protagonista tuvieron la oportunidad de marcharse con su familia a los Estados Unidos, y sin embargo los dos prefirieron quedarse aquí”.

Escribe desde pequeña por eso no ha olvidado que fue ganadora del concurso El Camarón Encantado, y hoy ese oficio la acompaña durante la mayor parte del día, porque incluso cuando realiza otra labor su cerebro genera nuevas ideas acerca del tema en el que escribe.

Su segunda novela también transmitida por Radio Rebelde “está basaba en hechos reales, aunque los personajes son ficticios.

“Yo viví el paso de Fidel y Chávez en el yip por la ciudad de Pinar del Río, fue un momento histórico, y sentí la necesidad de escribir sobre los proyectos del ALBA, sobre esa visita, la construcción de Villa Bolívar, además introduzco a través de la historia particular de uno de los personajes la Sala de Rehabilitación del reparto Hermanos Cruz, otra de las obras de ese programa.

“La obra tiene  98 capítulos y posee más trama, más personajes, Destino Sesgado fue la más grande, incluso fue nominada para       y me dio muchas alegrías, porque por primera vez, una joven iba a este evento con su primera obra, pero a     la sentí más madura”.

 

Los cubanos te van a agradecer mucho esa tercera novela que está aún por la mitad…

 

“Sí, trata el tema del béisbol en Cuba, sobre todo el equipo de Pinar del Río, y ya de antemano puedo reconocer la ayuda que me han brindado muchos de sus integrantes, como David Castillo, también Jorge Fuentes y otras personalidades y dirigentes de este mundo de la pelota.

“En la obra quiero plasmar sobre todo la vida de los peloteros dentro y fuera del estadio, como seres humanos que tienen problemas y días buenos y malos. Hay personas que cuando a los jugadores las cosas les salen bien, son dioses, pero cuando les sale mal los quieren “matar”.

 

¿Cómo se siente uno al ser dueña y señora de los destinos de los personajes, cuando sabes de antemano que hay tantas personas pendientes del final?

 

“Cuando escribo vivo con los personajes, me mezclo con ellos, no me gusta que sean tan buenos, ni tan malos que no tengan regeneración, más bien disfruto cuando reaccionan, por otra parte nadie interfiere en sus destinos además de mí, por eso me aíslo, y busco la soledad y el silencio y para eso mi casa es especial”.

 

¿Libros?

 

“Tengo dos uno de narrativas y otro de crucifrases, este último me avisaron una vez de la Editorial Loynaz, que me lo iban a publicar, pero  después todo quedó ahí, ahora no tengo nada seguro pero tengo algunas propuestas en el exterior”.

 

¿Trabas para la publicación?

 

“Sí, aquí en la provincia es sumamente difícil publicar un libro, considero que debe de haber alguien en todos los lugares que de forma seria revise las propuestas y que informe al escritor, incluso me sucedió también con la novela de la radio que se la entregué a varias personalidades de  este mundo y aún espero respuesta, es como si hubiera temor a los proyectos de de los jóvenes”.

 

 

Marcas cavernícolas

Yanisley y Yunior se aman para siempre. Este mensaje inscrito en las paredes de uno de los medios de transporte, lejos de ser una señal de perpetuidad, muestra una falta de sensibilidad, educación, y de responsabilidad para cuidar los bienes comunes de la sociedad.

Lejos en el tiempo quedó la necesidad del hombre de plasmar su paso por la vida de la forma más arcaica posible, y la facultad actual de algunos de plasmar sus nombres (u otras cosas) en cualquier pared, mueble e inmueble, no constituyen una obra de arte, y mucho menos una muestra de educación.

Por supuesto, existen muchas formas más de maltratar lo que el Estado cubano pone en nuestras manos, pero si las personas que lo hacen pensaran un poquito en las consecuencias de sus actos, tal vez se abstuvieran.

A veces somos testigos de cómo se repara o se hace una construcción, ya sea un centro de recreación, educacional, de salud, cultural, y después vemos cómo individuos inescrupulosos contribuyen a su rápido deterioro.

"Lo que se gastó no es de mi bolsillo", pensarán algunos, pero se equivocan. Cada centavo que invierte el Estado, en cualquiera de las obras que se hacen, es el resultado del trabajo honrado de la mayoría de los cubanos, que se revierte también en medios de transporte, cafeterías, reparación de policlínicos, hospitales, escuelas... por eso tenemos que ser responsables, porque no es un secreto para nadie que si no cuidamos, jamás podremos alcanzar el desarrollo a que aspiramos.

A veces observamos sin alterarnos cómo alguien de forma impune apoya el pie en una pared recién pintada, raya un mueble, sustrae algún artículo, entre otros ejemplos. En ese caso somos también culpables porque no enfrentamos lo mal hecho.

Sabido es que cada año en Pinar del Río se reaniman consejos populares, entre ellos el Hermanos Cruz, el de La Coloma, el Raúl Sánchez, y aunque de forma general las personas cuidan, no siempre es así, y conocemos que existen quienes amarran sus animales en las plantas ornamentales, o destrozan una acera o ensucian paredes.

Tampoco podemos sentarnos a esperar por la conciencia de quienes la perdieron o nunca la tuvieron, y se hace necesario intensificar el enfrentamiento a esas personas que transgreden las normas.

Los pinareños recordamos que hubo un tiempo en el que los habitantes de esta ciudad se cuidaban más de pisar un césped, subirse a un banco de un parque.

Entonces cabría preguntar ¿por qué hoy reina la indisciplina en ese sentido? ¿Qué pasó con la sistemati-cidad del trabajo de los inspectores a la hora de aplicar medidas que frenen o mitiguen el desorden? La exigencia y la disciplina fortalecen la sociedad.

Se dignos no es cuestión de un día

La más  cercana y sincera lección de dignidad la recibí de mi padre. Fue un hombre humilde que siempre nos enseñó por encima de todo a mantener el mentón en alto y a actuar en la vida de forma honesta y limpia, sin tener que lamentar la pérdida del honor.

Mi progenitor fue extraordinario,  trabajó toda su vida desde la madrugada hasta la noche, y con su ejemplo nos guió para que ganáramos el pan de forma honrada y que lo material que obtuviéramos no fuera a costa de tranzar  en nuestros principios y creencias. Esa en la niñez fue la primera escuela.

Ser dignos no es cosa de un día, pienso, es más que eso, es cuestión de ir por el mundo y enfrentar tiempos buenos y malos, pero siempre con la óptica de actuar acorde a tus ideas, tampoco de no bajar la cabeza, sino de hacerlo contadas veces y cuando la situación lo merece, y nunca que conlleve a un estado en el que jamás puedas levantarla, por tanto mantener tu libertad y autonomía es algo definitorio.

Es importante que el ser humano sea capaz de determinar por sí mismo cuál es su destino, sin que nadie, ni nada marquen con una esclavitud preconcebida cómo debes actuar.

Por eso preocupa en el contexto actual cómo algunas  personas se dejan subyugar por el dinero y por los intereses materiales,  y hasta son capaces de abandonar sus ideas de toda la vida por unos cuantos pesos.

Rinden ritual a las prebendas  y son capaces  hasta de comprometer su capacidad para ser libres y para expresar lo que piensan.

Ser dignos es ir por el mundo con la frente alta y es bastante desmoralizador el hecho de que la integridad y la moral se resquebrajen y se trastoque por unas piezas de ropa de marcas, unos equipos electrónicos de última generación, o sencillamente una gorda cuenta bancaria, que a su entender,  los ubica por encima de los demás de su especie.

Poder pagar en restaurantes por divisa, comprar cosas que la mayoría de los cubanos no podemos llegarle por el precio y darse otros gustos sofisticados, no es sinónimo necesariamente de superioridad.

Se puede ser robot de muchas formas, pensar y actuar solo cuando hay intereses por el medio o cuando el beneficio es predecible es una forma de serlo.

Solo responden a ¨Don Dinero, el poderoso caballero¨ , como decía  el escritor español  Francisco de Quevedo         , sino  nada vale, incluso los valores humanos adyacentes sobran y el ¨verde, el rojo o el amarillo¨ son el centro de su vida.

La dignidad lleva implícita no solo la libertad para actuar, también la inteligencia y la voluntad, que son facultades que el ser humano debe cultivar y  dominar para comportarse dentro de la sociedad con un respeto sin límites por sus semejantes, y que les permita vivir en la paz, pero a la vez ganarse la consideración de sus congéneres.

Soy de las que piensa que un hombre puede equivocarse y a la vez ser digno; erramos diariamente, pero tenemos que tener la capacidad para reaccionar, si no lo hacemos entonces sí corremos peligro.

Es bastante difícil hablar de dignidad, al menos si tenemos el principio de que a todas las personas hay que darles el derecho de ser dignos, así como son; no obstante ese concepto globalizador de que cada quien puede elegir qué ser es bastante cuestionante, porque al menos cada quien tiene que ganarse el que los demás lo acepten.

Si no se tienen principios y no se sabe valorar los conceptos de amistad,  familia,  laboriosidad, humanidad y amor, entre otros elementales,  cómo entonces los que te rodean te van a regodear con derechos. Cada cual se gana lo que merece, o al menos esa es la regla general. Una cosa es reconocer las diferencias y darle la libertad a los individuos para pensar, crear y ser seres únicos e irrepetibles y otra bien contraria es pensar que todos somos dignos.

Por otra parte el falso concepto de superioridad puede llevar a una superdignidad y a que las personas se piensen con privilegios, con esto hay que tener cuidado porque los hay por ahí con un orgullo propio desmedido y como decía Aristóteles:  ¨La dignidad no consiste en nuestros honores,  sino en el reconocimiento de merecer lo que tenemos¨.

A pesar de ser una disposición humana por disposición genética, los cubanos heredamos un sentido muy especial de lo que es dignidad, eso lo adquirimos no solo de nuestros progenitores, sino de la historia del país, de actitudes como de de Maceo, en el pacto de Zanjón y de Mariana Grajales ante la muerte de sus hijos.

Esas mismas memorias son las que nos hacen abogar en la sociedad actual por conductas que nos hagan más libres e independientes, no esclavos de las cosas materiales y del dinero.

 

 

 

 

¿Sabia Encarta?

La enciclopedia Encarta se ha convertido para algunos alumnos en un material para consultar o copiar textualmente tareas escolares o trabajos extraclases.

La afirmación anterior es una gran verdad, los estudiantes de las enseñanzas Media y Media Superior han hecho de esta enciclopedia de Microsoft el ábrete sésamo o la varita mágica que "todo lo puede y lo resuelve", pues en ella encuentran contenidos de diversas asignaturas y a la orden.

Sin esfuerzo de ningún tipo, con poner el tema en el buscador aparece el texto deseado y después solo lo imprimen y listo.

Pero lo que más duele es que los copiados de la Encarta a veces son los de mejores presencia y calificaciones.

Esto es un engaño, del alumno y la familia hacia el maestro y viceversa. Lo primero que debemos tener en cuenta es que la Encarta tiene serios desaciertos históricos y filosóficos, según los principios marxistas leninistas, y que muchos temas se ven oscurecidos y tergiversados; lo otro es que los estudiantes pierden la esencia de ir a una bibliografía adecuada, previamente orientada por el profesor, y para la cual tengan que desarrollar habilidades como la lectura, comprensión de textos, elaboración de resúmenes, entre otras, muy importantes en esos grados.

Lo principal de una tarea es lograr el desarrollo intelectual personal de los escolares; por ello todo trabajo de estudio independiente debe exigirse de forma correcta y con tiempo suficiente para que los educandos puedan realizarlos.

Los padres, maestros y compañeros de aula desempeñan entonces un apoyo para los alumnos que necesiten no solo orientación, sino la ayuda, pero una que incentive su iniciativa personal y no que dé al traste con sus esfuerzos y desarrollo.

Por otra parte, los trabajos prácticos, los que se entregan en el intermedio del curso escolar y los que se convierten en evaluación de determinadas asignaturas que no tienen pruebas finales, deben ser dirigidos con un margen de antelación, con una bibliografía previamente identificada en la biblioteca de la escuela e ir encaminados a que los alumnos profundicen en los contenidos impartidos y desarrollen su creatividad, imaginación y un pensamiento propio, elementos que se pueden incentivar con una correcta motivación.

Lo anterior no siempre es así, a finales del curso anterior observamos a padres y estudiantes perdidos a la hora de buscar una bibliografía idónea para desarrollar los trabajos finales, sencillamente porque no se planificó la orientación de los temas.

Nada resolvemos con que los alumnos, de hoy para mañana, entreguen un material con un nivel, a veces tan elevado, que se va por encima de sus posibilidades; pero que a la larga, una buena revisión de los maestros demostraría que de haber utilizado sus libros de textos pudieran acercarse de forma más objetiva y real a los objetivos propuestos en sus grados.

La guerra contra la Encarta debe ser un propósito de maestros y padres, y mucho más allá, esta batalla debe extenderse hacia el facilismo de copiar y pegar textos íntegros de materiales de la Internet.

Los alumnos deben aprender a "caminar" en el difícil proceso de asimilación de los conocimientos, aprehender herramientas y procedimientos elementales, que más tarde en una enseñanza universitaria les permita hacer verdaderas búsquedas en Internet y deslindar qué informaciones son valederas para fundamentar sus hipótesis e investigaciones.

Por tanto, hay que hacer hincapié desde ya en la orientación correcta de los trabajos y en la revisión con lupa de los mismos. De eso depende huir de una enseñanza meramente reproductiva y que no aporta al desarrollo intelectual de nuestros niños y jóvenes, muchos de los cuales ni siquiera leen lo que entregan. Copian y pegan, eso es todo.

La guerra y la paz

Abajo la guerra/arriba la paz/ los niños queremos reír y cantar. Es la estrofa final de una canción infantil que varias generaciones de cubanos entonamos, pero que de forma muy sencilla concretiza lo que la mayoría de los seres humanos desean tener en sus vidas: armonía y felicidad.

Para ello hay dos conceptos que se contraponen, incluso constituyen el título de una de las obras cumbres de la literatura rusa, La guerra y la paz, de León Tolstói, en la cual este gran escritor, a partir de la historia de los personajes, narra un período de 50 años, más o menos, de Rusia.

Estos dos vocablos, antónimos de por sí, es innegable que constituyen una pareja, donde desgraciadamente no existe uno sin el otro, pero lo que sí es una realidad es que el hombre como especie puede hacer mucho para que lidere el que más le conviene al mundo y no a una minoría egoísta.

Cuando hablamos de paz siempre pensamos en el otro, no en uno mismo, cuando hay un conflicto, no importa cuán personal o global sea, creemos, humanos al fin, que es uno quien tiene la razón y no la contraparte y casi nunca estamos dispuestos a ceder.

La paz debía ser una asignatura, no de las que se imparten en la escuela, sino desde los inicios de la vida. Debería ser una obligación para padres o tutores enseñar a sus descendientes a amar la armonía y la tranquilidad.

Es imposible aprender a respetar el derecho ajeno -como decía Juárez- si no lo aprendemos desde la cuna y en la casa.

Las primeras lecciones para cultivar este proceder deben ser desde los años iniciales de la vida, donde juega un rol fundamental la consideración que le tenga la familia al propio niño, y el ejemplo que él viva en carne propia, es en el seno familiar donde se cuece la sazón de lo que el adulto hará en el futuro.

En sentido general el ser humano tiene conciencia de la falta que le hace al mundo la paz, eso no es un secreto para nadie, sin embargo, muy pocos se alarman de que la época moderna ha olvidado los divertimentos infantiles de antaño, y tanto las películas, los muñes, como los videojuegos actuales incitan a los más pequeños a lidiar constantemente con peleas, agresiones, insultos y ofensas.

Muy a nuestro pesar se escuchan los ecos de la guerra por cualquier parte en el mundo actual, con justificaciones ebrias de poder se exhiben los tristes ejemplos de Afganistán e Irak, por sólo citar algunos, y muchas más son las amenazas que se ciernen sobre el universo.

Las conflagraciones mundiales anteriores son modelos bien tristes de lo que pueden ocasionar "cerebros descerebrados"; por tanto el camino es bien cierto y pensamos que no haya dudas. En el primer conflicto bélico mundial las bajas ascendieron a más de 10 millones y en el segundo la cifra imprecisa es de 55 ó 60 millones de personas fallecidas, incluso hay quienes hablan de muchas más.

Pero esos números son fríos vistos a la distancia de los años, sin embargo sería bueno refrescar las mentes y traer imágenes de ciudades desaparecidas; las secuelas de los campos de concentración; el hambre en el mundo; la desarticulación de tantos y tantos núcleos familiares; los daños sicológicos de hombres, mujeres y niños que sobrevivieron a la hecatombe. El impacto de esas guerras fue tal que sobrevivió a muchas generaciones y venció los límites geográficos.

La paz en su sentido amplio debemos practicarla en todas las esferas de la vida, desde la misma base hasta la cima, es importante porque como decía Mahatma Gandhi, "No hay camino para la paz, la paz es el camino".

Heredar la sabiduría de los grandes eruditos de la historia, debe servirnos a nosotros para enfrentar esta problemática y analizar palabras como las de Albert Einstein, en su frase "Cuando me preguntaron sobre algún arma capaz de contrarrestar el poder de la bomba atómica yo sugerí la mejor de todas: la paz".

Minúsculas grietas

¿Es usted violento? Esta interrogante nos las debiéramos hacer con frecuencia cada vez que como decimos nosotros "la sangre se nos sube a la cabeza..." o como afirmaba jocosamente un personaje "nos ponemos la chancleta en el dedo gordo del pie y...".

Muchos pretendemos ver la violencia tan solo en el ojo ajeno, pero es bien recomendable que en este mundo en el que diariamente escuchamos historias de atropellos, violaciones y asesinatos y en el que las guerras masacran a poblaciones civiles, logremos que predomine en nuestro proceder la armonía, la paciencia y el respeto al criterio y derecho de los demás como una máxima para vivir en sociedad.

Violencia no es sólo ese golpe que deja huellas físicas, sino que puede manifestarse de diferentes formas y hacerse costumbre, entonces se hace irreconocible hasta para los propios afectados.

Podemos hablar de diferentes formas de violencia como la emocional, cultural, la de género, la sexual y también una que incluye muchas de las mencionadas: la doméstica.

Al poner la palabra tratada en un buscador de Internet los sitios referidos al tema muestran noticias y cifras espeluznantes de hechos que se producen en muchos países del mundo, sin importar el nivel de desarrollo, ni la economía, tampoco la cultura ni la religión.

En Cuba, aunque existen los mecanismos para evitar la violencia en todos los sentidos, tampoco escapa a ella, por supuesto no en un grado elevado como en otros lugares, pero sí se dan hechos que de no combatirse pueden extenderse y es deber de todas las instituciones trabajar el tema de formas profiláctica y educativa.

Es una realidad que la violencia se manifiesta en la sociedad cubana de diferentes maneras, sobre todo detrás de las puertas de los hogares, donde de modo oculto y silencioso -tras el telón- muchas féminas dejan que se convierta en cotidianidad y no explotan mecanismos tan eficaces como las Casas de Orientación de la Mujer y la Familia, una iniciativa de la Federación de Mujeres Cubanas que ha dado muy buenos resultados, y le da a las víctimas los instrumentos necesarios para revertir su situación y cambiar el sentido de su vida.

A menor escala pueden existir de forma indirecta otras víctimas, entre ellos niños y ancianos; y aunque no es lo más común por patrones culturales también hombres, sobre todo cuando detrás está el estigma del alcoholismo.

Socialmente preocupa además que muchas personas olvidan la educación y la cultura que reciben durante su vida y escogen la discusión y la agresividad como medio de expresión, y un poco más allá, se van a las manos. Son hechos que vivimos o escuchamos a menudo.

Los más belicosos no se conforman con pelearse a golpes, como antaño, sino que recurren a esgrimir cualquier herramienta, aditamento o arma blanca, y ojo con esto, porque por supuesto las consecuencias son mayores.

No podemos dejar de darle la importancia a la educación de los hijos que desde la cuna debe ir impregnada de respeto y amor por los demás.

La ley de la selva no es ni mucho menos el precepto que pretendemos establecer, cuando en cuestiones de educación nos referimos tantas veces a la formación del hombre nuevo.

En la niñez es hasta comprensible que los infantes peleen entre sí, pero cuidado con esto, porque sus "pleitos" no escapan a la ingenuidad propia de la edad y en más de una ocasión escuchamos a padres o madres que le dicen al hijo, sobre todo al varón, "si no puedes con las manos coge un palo o una piedra".

¿Qué estamos cultivando? Se ha hecho esta pregunta alguna vez. De seguro quienes educan de esta forma no ven venir los nubarrones del futuro; qué le dirán al hijo en su juventud cuando sea capaz de agredir a otro con un arma blanca, porque sus progenitores le enseñaron que tenía que defenderse a toda costa.

Para evitar la proliferación de la violencia en todos los aspectos es importante ir a la génesis, virarnos para los orígenes y empezar a sembrar en las nuevas generaciones cualidades imprescindibles como el respeto, la equidad, la parsimonia, ah... y enseñarlos a conversar y comunicarse.

Criar a los infantes en un ambiente favorable, en el que los padres resuelvan sus problemas por vías comunicativas y crear en las escuelas un contexto de respeto contribuyen a garantizar la tranquilidad de la sociedad futura.

Si los padres y maestros gritan e imponen sus estatutos y criterios, las bases de un mundo mejor en el que predomine la paz puede tener sus "minúsculas" grietas.

Poesía y realidad

Te lo cuento para que cuentes, es un título de esos que en periodismo llamamos creativo, pero que a la vez llaman a  los lectores a buscar, a "manosear" el texto hasta el final, y ese el objetivo. Los versos de Espronceda adquieren una vigencia y una extraordinaria aplicación a la realidad actual. La carta de Fidel me gustó mucho y quiero compartirla con ustedes. Literatura y análisis se unen...

Carta de Fidel Castro: Te lo cuento para que cuentes PDF Imprimir E-mail
 

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Te lo cuento para que cuentes es el título de una carta del líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, divulgada aquí por Cubadebate.

 

Carta de Fidel

Te lo cuento para que cuentes

Estimado Randy:

Me complace hacerte llegar un breve comentario:

Leía con placer unos versos de Espronceda, poeta español que nació en 1808 y murió a los 34 años, en 1842. La lectura me retrotraía a mis años de estudiante de secundaria.

De repente, me vino a la mente una idea cuando me deleitaba con los simpáticos versos de la "Canción del Pirata".

El poema encerraba una idea ética. Pirata, era la palabra generalmente empleada para describir la violencia, el saqueo y la conquista por la fuerza de los bienes ajenos.

Pero el poeta nos habla de normas de conducta y pensamiento de un verdadero pirata, algunas de las cuales son dignas de encomio.

En determinadas estrofas el pirata proclama:

"Allá muevan feroz guerra

ciegos reyes

por un palmo más de tierra;

que yo tengo aquí por mío

cuanto abarca el mar bravío,

a quien nadie impuso leyes."

"Que es mi barco mi tesoro,

que es mi dios la libertad,

mi ley, la fuerza y el viento,

mi única patria, la mar."

"Y si caigo,

¿qué es la vida?

Por perdida

ya la di,

cuando el yugo

del esclavo,

como un bravo,

sacudí."

"En las presas

yo divido

lo cogido

por igual;

sólo quiero

por riqueza

la belleza

sin rival."

"Son mi música mejor

aquilones,

el estrépito y el temblor

de los cables sacudidos,

del negro mar los bramidos

y el rugir de mis cañones."

"Y del trueno

al son violento,

y del viento

al rebramar,

yo me duermo

sosegado,

arrullado

por el mar."

Naturalmente, soy político y me gusta comparar las virtudes de un pirata con los más altos círculos de dirigentes imperiales en Washington.

Ninguno tuvo por Dios la libertad, ni sacudir el yugo de la esclavitud, ni pensó jamás repartir "lo cogido por igual".

Te lo cuento para que cuentes.

Fraternalmente,

Fidel Castro Ruz

Julio 19 de 2010

¿Pluripartidismo es democracia?

¿Es el pluripartidismo sinónimo de democracia? ¿Es posible que Cuba sea democrática con un solo Partido?

Son preguntas que escuché hace unos días de un magistral conferencista ante un auditorio mayoritariamente de estudiantes, y por supuesto tales interrogantes los hizo reflexionar.

No es un secreto para nadie que el tema de la democracia en Cuba es bastante polemizado en el mundo, pero para entender porqué los cubanos defendemos nuestro sistema político y por ende el electoral, y lo declaramos limpio y transparente, debemos ir a los orígenes.

El término democracia proviene del griego y se basa en que el pueblo tiene una participación activa en el Gobierno, y de ahí la pregunta: ¿intervienen los cubanos de forma dinámica y viva?

Primero debemos aclarar que una de las críticas de los enemigos contra nuestro país es la existencia de un único Partido y por tanto lo consideran una limitante para sus modelos de democracia representativa.

Pero nosotros tenemos nuestro propio patrón, no hay que copiarlo de nadie, tal vez muchas personas en el mundo desconozcan que en Cuba no es el Partido quien elige a sus representantes, sino el pueblo el que propone y nomina de forma libre y democrática a sus candidatos.

Las personas no se ven comprometidas con uno u otro de los nominados, sino que tienen el derecho de ejercer su voto directo y secreto, y lo hacen por aquel o aquella que más se destaque -a criterio muy personal- por sus valores sociales y morales. Por eso es que nuestras asambleas municipales, provinciales y nacional tienen una representación de todo el pueblo.

Algo insólito, por ser único, es que una vez elegidos los delegados pueden ser revocados en cualquier momento del mandato por aquellos mismos que lo eligieron, y lo más importante es que el pueblo participa con ellos en la toma de las más trascendentales decisiones, porque el poder se ejerce desde los barrios en las circunscripciones hasta la Asamblea Nacional.

Es decir que las leyes que afectan a la población se discuten desde los mismos barrios y centros de trabajo, por supuesto antes de que el parlamento las analice y las apruebe; por tanto pensamos que la máxima aspiración de la democracia se da en el hecho de que quien dispone y dictamina es el propio pueblo cubano.

Si hacemos un bosquejo por nuestro sistema electoral y lo comparamos con el de otros países, incluso con el que existía en Cuba antes de 1959, encontraremos peculiaridades en el actual que ayudan a las personas a ejercer el voto, porque es un objetivo del país que todos los ciudadanos a partir de los 16 años acudan a las urnas.

En estos días los vecinos de todos los barrios cubanos pudimos revisar el registro de electores, nadie tuvo que ir a inscribirse porque, de forma automática, universal y pública, al llegar a la edad requerida somos herederos del derecho a votar.

Los colegios electorales están en las cercanías de nuestras casas y sólo tenemos el deber de presentar el carné de identidad a la hora de ejercer el sufragio. A ello se une que los candidatos a delegados no pueden hacer campañas a su favor, sólo la foto y la biografía de todos. En una sola palabra no hay competencia ni rivalidad entre ellos.

De esta forma limpia y diáfana cada cual puede leer la historia de vida de los candidatos y decidirse por el mejor.

Una maestra guanera que entrevistamos hace unos días nos exponía en sus testimonios cómo las elecciones antiguas la asustaban, las urnas eran custodiadas por el ejército, y se convertían de hecho en algo que atemorizaba a niños y adultos.

Este domingo próximo acudimos a las urnas a votar por el candidato de nuestra preferencia, ese que mejor nos representará, pero también asistimos para dar un sí por la Patria y la Revolución, porque es la forma de defender nuestro modelo de democracia, ese que tanto nos critican, pero que nos permite gobernar desde la base y materializar el verdadero ejercicio del poder.

Acicate para nuevas luchas

Acicate para nuevas luchas

Los jóvenes se parecen a su tiempo, no a sus padres. Ese es un precepto al que no acabamos de adaptarnos y cada día pretendemos, a la hora de juzgarlos y de analizarlos, que actúen y piensen como nosotros, que sean una proyección al espejo de la imagen que vemos cada mañana.

Es una necesidad histórica que las personas cambien, esta es precisamente una ley que rige el desarrollo y por tanto nuestros hijos tienen una forma de pensar y proyectarse acorde a la dinámica de la vida que les correspondió vivir.

Comienza 2010 y cada uno de esos rostros frescos y lozanos encierra retos, perspectivas e intereses, tal vez muy diferentes a los que de forma esquemática quisiéramos para ellos, sin embargo el desafío no debe ser cambiar su posición frente al mundo, sus puntos de vista, ni sus aspiraciones, sino de forma inteligente aprovechar sus potencialidades e impregnar en ellos lo positivo e irremplazable de las generaciones anteriores.

No olvidar nunca que los adolescentes y jóvenes de hoy nacieron en un universo donde prima el fuego incesante de las ideas y perspectivas capitalistas, que como traicionero espejismo se desdobla ante ellos como la mejor opción, es por ello que sin falsos "teques" hay que aprovechar todos los mecanismos y herramientas que tenemos a la mano y traer la historia de nuestros padres y abuelos, que ellos la perciben lejana, para que la puedan palpar y sentir como suya.

El dolor de la marginación, la explotación, el desempleo, la incultura... y otros males del pasado no deben ser sólo un fantasma que se pasea por los corredores universitarios y de las aulas de los preuniversitarios, sino un testimonio que hable, grite y llore lo que sufrió el pueblo cubano durante siglos de colonización y neocolonización.

Dos preguntas se abren paso en esta polémica, una, qué hacer para lograr educar o encaminar a las nuevas generaciones, otra, qué quieren nuestros jóvenes.

La primera es muy fácil responderla en algunas líneas y por supuesto no es responsabilidad de alguien en lo individual, sino de todos, ese pronombre indefinido, que a veces cae en tierra de nadie, pero que debemos hacer lo posible por hacerlo nuestro.

La educación de los más jóvenes de la casa empieza por los padres, abarcamos la familia de forma general, pero a ella deben contribuir todos los factores de la sociedad; no pensemos ni siquiera por un momento que los maestros pueden solos con esa carga, y más cuando hay una buena cantidad de ellos que también está en la edad juvenil.

Lo que hay que hacer y enseñar está claro, el cómo es lo que se puede convertir en un alud si no se selecciona la mejor manera. Los muchachos y muchachas cubanos no están faltos de retóricas, más bien de ejemplos concretos en los que ellos puedan tocar y pulsar la justicia del sistema en el que nacieron y lo injusto que hay detrás del canto de las sirenas.

La comparación con otras realidades es la mejor maqueta. Hace sólo unos días un amigo nos comentaba la realidad que pudo apreciar en un país latinoamericano al que visitó por intereses profesionales, sobre todo venía impresionado por la situación de desamparo de la infancia y de las mujeres. Esas son páginas ilustradoras que podemos agotar.

Nuestros jóvenes quieren muchas cosas, la primera que se les escuche, que se les tenga en cuenta y se han educado en un conjunto de virtudes y valores como el patriotismo, la laboriosidad, el internacionalismo y la responsabilidad, que hay que fomentar aún más desde las actividades dirigidas a ellos, las cuales deben desvestirse del traje almidonado y rígido que suelen tener y ganar en frescura y espontaneidad y por supuesto parecerse más a ellos y menos a nosotros.

A la prensa, como se abordó en un encuentro reciente entre colegas, le corresponde abordar de forma intencional temas complejos como el robo de cerebros y la conciencia patriótica, las migraciones humanas, la marginalidad y la influencia de la globalización en las nuevas generaciones de cubanos, entre otros. Todos ellos tratados con estilos y enfoques acordes a los nuevos tiempos y sus contextos.

Por ahora nos agrada saber que entre jóvenes entrevistados por una periodista de este semanario en ocasión del Primero de Enero, reconocen la fecha no sólo como el advenimiento de un nuevo año, sino como parte de la identidad nacional, de las raíces de este pueblo y de la historia; y para ellos constituye un día en que Cuba se convierte en acicate para las nuevas luchas a afrontar.

Es siempre hoy

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Muchos coincidirán con nosotros en que cuando hablamos de educación en Cuba de forma global hay múltiples  experiencias positivas, en todos los sentidos. Eso nadie lo duda y la argumentación bien puede ser que el país es actualmente lumbrera en los métodos y procedimientos pedagógicos utilizados en las diferentes enseñanzas.

No obstante todavía existen aspectos en los que podemos profundizar como es el caso de valorizar aún más el papel del maestro en el proceso docente educativo y en la sociedad; al ser insustituible y en el hecho de vincular mucho más los contenidos teóricos que hoy reciben los estudiantes con la práctica.

En este último aspecto el personal docente ser más creativo para así ganar más en los resultados.

Sabemos que dentro de varias asignaturas en todos los grados el estudiantado recibe una dosis de educación ambiental, sobre todo en Ciencias Naturales; no obstante haría falta no solo llevarle el contenido al alumno, sino concientizarlo desde edades tempranas con el cuidado del entorno.

En sexto y séptimo grados los alumnos estudian-por ejemplo-los principales problemas ambientales globales, dentro de los cuales están la degradación de los suelos, la deforestación, los cambios climáticos y la pérdida de la diversidad biológica.

Pero ¿hasta qué punto sensibilizamos a los pequeños con el cuidado del planeta?¿ Hasta qué punto ellos “palpan” que también pueden ayudar y contribuir?

 No podemos hacerles ver que lo único que afecta al medio ambiente son los clorofluorocarbonos con su incidencia en  capa de ozono de la estratosfera, sino para ellos sería un fenómeno lejano e intocable.

Una colega se quejaba de que en su barrio, en el reparto Raúl Sánchez, los niños “jugaban” rompiendo las plantas y cazando animalitos para maltratarlos o…

Sin ser extremistas pensamos que la educación ambiental se cimienta en los sentimientos de una persona desde que nace, y en esto no solo la escuela debe desempeñar su papel, sino la familia. Lo primero que hay que inculcarle a un niño es el amor por la naturaleza-léase todo lo que le rodea, y no solo restringirnos a que quieran y respeten a sus semejantes.

Más si partimos de una máxima, sus iguales no tendrán futuro, si no se cuida el hábitat.

Es inconcebible que a estas alturas y con todas las actividades, incluso extraescolares que se hacen para inculcar el cuidado por la flora y la fauna, el juego de una grey consista en tirarle piedras a los perros y lagartijos y en acabar con cuanta mata de flores o frutas hay en la comunidad.

Esto nos debe de poner en alerta para de esta forma pensar qué nos falta y en qué hemos fallado.

En las recientes reflexiones de Fidel hace un análisis exhaustivo y avisa una vez más  de que la especie humana, en un mundo globalizado y repleto de contradicciones, ha creado la capacidad de destruirse a sí misma.

Habla Fidel  de la fabricación de armas termonucleares, cada vez más destructivas y precisas, de las bacteriológicas y químicas, las de NAPALM y fósforo vivo, usadas actualmente de forma impune contra la población civil.

El líder de la Revolución en palabras que constituyen una verdadera clase vuelve sobre el tema del cambio climático y se refiere una vez más al intento de Estados Unidos de imponer hegemónicamente sus intereses en la Cumbre de Copenhague.

Las amenazas del cambio climático pueden ser desastrosas para la humanidad, ya hemos visto las catástrofes recientes provocadas por sismos de gran envergadura en Haití y Chile.

Tal vez algunos piensen que comparar los juegos de niños al matar a un animalito con la fabricación de artefactos nucleares que podrían conducir a inconcebibles catástrofes es una idea desproporcionada, pero… si no enseñamos hoy a los pequeños a cuidar su entorno, a amar y respetar la vida de todas las especies ¿ lo aprenderán el día de mañana cuando sean hombres y mujeres?

 

 

 

 

 

Orden y disciplina van de la mano

Si preguntamos a varias personas qué entienden por indisciplina social, a cada una les vendrá a la mente determinadas situaciones que han presenciado o sencillamente escuchado.

Sin tener en cuenta qué dicen los manuales especializados acerca del tema, una indisciplina pasa a ser de índole social cuando afecta a otras personas o a una comunidad y precisamente la tranquilidad y la ecuanimidad de una ciudad, chica o grande, dependen en gran medida del cuidado y control que se tenga sobre los ciudadanos en este sentido.

El resquebrajamiento de la disciplina en la sociedad conlleva a males mayores, por eso es preocupante cómo a algunos les es tan fácil colapsar las normas de lo correcto y violentar así el derecho de los demás a una armonía individual y social.

Ya es tan normal ir por las calles y escuchar malas palabras, gritos, improperios y discusiones que tal vez para muchos estas manifestaciones no constituyan señales de indisciplina, pero basta con transgredir el orden o molestar a los demás y ya el hecho está consumado.

Un radio o una grabadora a toda voz, como si los vecinos estuvieran obligados a escuchar la música o la bulla que los demás deseen, constituye una falta de respeto, y por desgracia son acontecimientos que se dan más de lo normal en nuestras comunidades. ¿Será que la consideración de antaño, el proceder habitual de nuestros abuelos es extemporáneo?
Otros manifiestan su indisciplina al botar la basura en lugares inapropiados, donde más cómodo les resulte, incluso por ironías de la vida a veces al lado de contenedores vacíos, sólo por el hecho de no pasar el trabajo de destaparlos.

El maltrato al bien público como teléfonos, construcciones y ómnibus es otra tendencia a la anarquía, da vergüenza que haya personas que rompan, escriban o dañen los aparatos telefónicos públicos, primero por lo útil que son en su función social, y segundo, por el gasto que hace el país para repararlos o reponerlos.

Lo de las guaguas tampoco es de aplaudir, hay quienes hacen dibujos al estilo del hombre primitivo y se comportan como verdaderos neanderthales, sólo que aquellos le daban a sus pinturas rupestres en las cavernas un valor mágico; los de ahora tratan de dejar una huella y con ella de reafirmar algo de lo cual carecen, de una autoestima equilibrada.

No somos psicólogos o sociólogos para hacer un análisis de las causas de estas manifestaciones que se han hecho más comunes en los últimos años, pero sí sabemos que en nuestra sociedad existe el engranaje para eliminarlas de raíz.

No pensamos que sea un problema de educación, ni de cultura, hasta en la enseñaza preescolar un niño aprende que los bancos de los parques, las paredes de los teatros, de los cines y demás bienes del pueblo hay que cuidarlos.

Por tal motivo se hace necesario aplicar todos los mecanismos que tenemos creados, porque andar sin camisa en plena calle, en bicicleta por la acera o una mala respuesta en cualquier centro de servicio constituyen acciones que azotan o fustigan la tranquilidad de este pueblo.

Acabar con estas manifestaciones de indisciplinas no sólo les corresponde a los órganos policiales, sino a un grupo de organismos e instituciones que de forma profiláctica pueden contribuir a evitarlas, y por tanto es tarea permanente combatirlas, pero no con la desidia y la dejadez que deja la falsa impresión de que todo está bien o no hay nada que hacer.

Hace sólo unos días una señora nos comentaba que iba por la calle y un grupo de hombres -no jóvenes- conversaban y en el momento que ella pasaba dijeron unas palabrotas, que la vergüenza que sintió fue indescriptible.

Imaginemos a nuestras madres, hermanas, abuelas e hijas en tal situación. ¿Repudiable no?
Indiscutiblemente no es cuestión de juego el tema que nos ocupa; el orden y la disciplina son dos elementos imprescindibles a la hora de construir una sociedad lo más justa posible.