Crónica a un niño iraquí
He visto tu rostro en la pantalla de la computadora. Las páginas de un periódico en Internet publicó en la portada tu historia. No dijeron que cumpliste años, ni saliste destacado en tu colegio, ni siquiera resultaste ganador de un concurso escolar. Fuiste, sencillamente, una de las víctimas de la guerra.
La foto, tomada por un excelente profesional del lente en el momento oportuno, refleja tu cara cubierta de sangre, tus pies mutilados, tu pequeño cuerpo maltratado, y desde el fondo oscuro de los huecos de tus ojos, unas pupilas muy débiles pedían en la penumbra, gritaban casi, por la justicia. ¿Existe acaso la justicia?
Miedo podría ser el título de esta foto que cumplió diez años, todo tu ser temblaba sin movimiento, se estremecía sin alaridos, todo tu ser...preguntaba por qué.
Tu destino no lo manejó el azar, ni la suerte, los hilos de tu historia los cogió bien fuerte la ignominia, podríamos tú y yo, preguntarnos, ¿qué culpa tienes de que tu petrolero país sea un manjar codiciado?
Luego vienen a hablarnos de los Derechos del Niño, de un montón de acuerdos para proteger la infancia, cuál, si ya la tuya quedó mutilada. Tu nombre, pasó a ser solo un recuerdo, una forma de llamar a un lisiado, la manera de distinguir al de las muletas...si acaso.
Tu patria, el sepulcro de tus sueños, la tumba de tus padres, el cimiento ensangrentado de tu pueblo, el gemido de los tuyos, un eterno sufrimiento por lo que fue y no es... eso y más.
La supuesta educación, la necesaria salud y el bienestar, que se propugna, solo un juego de vampiros, deseosos de chupar el "jugo negro" de las entrañas de tu tierra.
Para qué hablar de salud, de tener familia, casa, nombre...Patria. Los puntos suspensivos significan en este caso no solo presunción, sino carencia de palabras.
Tal vez no hayas sobrevivido, tu verdad es más dura que tu pequeño cuerpo. Solo queda esperar a que un día los políticos del mundo, las fieras que se creen dueños del universo, los que envían bombas "inteligentes" y muchas cosas feas, que tu edad no te permite entender, sobre pueblos como el tuyo, los que matan sin remordimientos, a familias enteras, caigan.
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