Blogia
ESTILOS

Polo no fue una moda

Polo no fue una moda
 
 
¿Quién era Polo Montañez? Los cubanos somos disertantes en cuanto se refiere a hablar de este artista pinareño, pero no por eso la vida de tan entrañable músico deja de ser un misterio delicioso, no sólo para la gente del patio -tan amante del son- sino también para oyentes y creadores del mundo, que quedaron maravillados con su poética y sonoridad.

Nos llegó de la nada, como esos regalos que nos mandan en días especiales, sólo que él constituyó un obsequio que dejó arte, y del bueno, a este pueblo de gran sensibilidad estética.

Polo no muere, lo recordamos en medio de sonrisas, de amigos, vestido siempre de humildad, como uno de esos personajes que no pueden pasar por la vida sin enseñar alguna cosa bella o dejar todo un arsenal de experiencias en las más tiernas décimas.

Así, con la estampa del guajiro natural que fue, imponente pero a la vez ingenuo; talentoso o ingenioso, incomprendido o amado, volvimos a un encuentro con él, pero esta vez diferente, en el último documental de producciones Villaverde, del realizador y guionista José Manuel Fernández Paulín y que lleva por título Canta otra vez.

Alguien tan excepcional como Fernando Borrego (Polo) ha suscitado no pocos comentarios, críticas, entrevistas y materiales por parte de los medios de comunicación masiva, incluso ha sido interés para el cine y la literatura; pero en esta ocasión un novedoso propósito se impone: demostrar, a través de criterios de personalidades de renombre en la música, la autenticidad artística de su obra. Una arista en la que se ha incursionado poco.

En el documental se recogen las opiniones de los doctores en música Jesús Gómez Cairo, Olavo Alén Rodríguez y María Teresa Linares, además se argumenta con expresiones del destacado locutor de radio Progreso Eduardo Rosillo, quien hace una inconsciente analogía al comparar a Montañez con el emblemático Benny Moré. Los homologa por lo humilde de sus orígenes, por la belleza de sus melodías, por el estado de ánimo y de admiración que siente el pueblo por ellos.

De cuánta excelencia musical, de qué ritmos tuvo influencias o no, de cómo alcanzó la sonoridad que lo distinguió y sobre el hecho de que fue una revelación y no una moda, disertan estas personalidades.

El documental hace mención y ratifica que la música del artista no es para nada un trabajo descuidado ni fruto de una moda. Como algo novedoso se ven opiniones muy firmes referentes a lo académico.

Alén Rodríguez sustenta la autenticidad a partir de la forma en que el público recibe la obra de Polo, además explica que hay un proceso migratorio asociado al son, que ocurre desde el oriente de Cuba y que toma dos direcciones, una llega hasta Pinar del Río y la otra al Caribe (Puerto Rico) y sus evoluciones.

De esta forma argumenta que tanto Polo como Marc Antony -con quien ejemplifica- utilizan melodías modernas sobre tradiciones muy antiguas que portan símbolos de la expresividad de músicas locales. "Estos manierismos tienen que ver con las melodías que ellos hacen, con las inflexiones durante el canto, los ritmos, y sobre todo en el manejo de las imágenes de lo cotidiano de su sociedad, lo que describen poéticamente".

El realizador de este audiovisual logró que María Teresa Linares expresara que el éxito de las composiciones de Polo estaba en su lenguaje, en el léxico, en el cúmulo de ideas a expresar, "son canciones muy bien hechas, con una argumentación muy buena y muy bien expresadas".

Mientras Gómez Cairo cataloga a Polo como un creador, como una revelación, "de talento, de genialidad, de un músico poeta, de gran arraigo popular y de mucha creatividad, capaz de decir cosas nuevas con formas tradicionales".

Argumentó el arte musical y literario de Polo, la profundidad de los mensajes de sus canciones y lo indiscutible del talento del artista, capaz de conmover a cualquier persona con sensibilidad y conocimiento sobre el tema, incluidos los académicos; además reconoció la universalidad de su obra, que logró impactar no sólo al público cubano.

El audiovisual, que comienza con un Alaba’ uzee Santísimo dicho en la voz de Polo, tiene además como virtud un excelente guión conducido hábilmente por José Manuel que hace comprender a cualquier tipo de público cada respuesta, aun cuando están expresadas en un lenguaje académico.

Sin ser excesivamente complejo nos enamora con una combinación de muy buen gusto entre entrevistas, fotografías, fragmentos de conciertos e intervenciones del Guajiro Natural que corroboran una magnífica edición a cargo de Alejandro Néstor Aguilar.

La música de este documental, que fue exhibido en el Museo Nacional de la Música y en la red de salas de video club juvenil de todo el país, fue concebida por Violeta Tejera y Marlon Guerra, con la ayuda de Elpidio Gómez como asesor musical, quienes de conjunto con el trabajo de cámara para nada despreciable, en las manos de Julio Franceda, hacen de este material todo un suceso cultural necesario en estos tiempos.

En la presentación realizada en la ciudad de Bayamo, el rey de la melodía oriental, Cándido Fabré, expresó a los participantes el agradecimiento de que una producción como esta reivindicara la obra musical del Guajiro Natural. No obstante acotó el músico: "Polo no necesita de un crítico para perdurar en el pueblo".

Sencillo, elegante, sincero y amigo de la justicia pudieran ser apellidos de Canta otra vez, que le llega como anillo al dedo a la historia testimonial de la música cubana.

0 comentarios